Geminga es un planeta
que ha cambiado enormemente desde que fue habitado por los humanos
que acabarían dando lugar a los Hijos de la Caída. Su
transformación es mucho más profunda de lo que puede aparentar a
simple vista.
En origen, Geminga
era un planeta bastante semejante a Terra, sólo ligeramente superior
en tamaño. Orbita alrededor de una gran estrella azul, llamada
Gamatea. Es un planeta rocoso con presencia de agua abundante, y rico
es bastante minerales. La órbita del planeta dura alrededor de dos
años estándar, y su eje está algo más inclinado que el de Terra,
con lo que hay estaciones, pero la diferencia entre el Invierno y el
Verano es más extrema en los trópicos.
Alrededor de Geminga
gira un pequeño satélite, más pequeño que la Luna de Terra, de
composición casi totalmente metálica. Actualmente buena parte del
planetoide ha desaparecido, ya que sus recursos se usaron
intensivamente como materia prima para transformar Geminga en lo que
es ahora.
El aspecto de Geminga
siempre fue el de cualquier planeta agrícola Imperial, al menos
hasta el Gran Destierro. Los continentes e islas exhibían variados
ecosistemas y condiciones, y había una enorme variedad de fauna y
flora. Cuando los humanos empezaron a habitarlo, no tardó mucho
tiempo en aparecer grandes ciudades, en general construidas en
altura, gracias a la tecnología de la Época Dorada.
En principio, el
planeta estaba dividido en multitud de países de diferentes tamaños,
cada uno gobernado por un individuo independiente. Las guerras y
enfrentamientos eran comunes, y se cree que fueron estas mismas
rencillas internas las que acabaron por desembocar en las Guerras
Fraticidas, uno de los periodos más oscuros de la historia de
Geminga, en la que todo el planeta se vio devastado por la violencia
de la guerra.
Cuando la lucha acabó,
la civilización no tardó en recuperarse, pero no así la
naturaleza. Enormes áreas naturales quedaron devastadas sin
posibilidad de recuperación. Las ciudades se extendieron por todo el
planeta, y la naturaleza quedó relegada a reservas de la biosfera y
enormes plantaciones. Gran cantidad de especies desaparecieron para
siempre, mientras que aquellas con interés industrial se
multiplicaron al extremo.
El aspecto del
planeta permaneció invariable durante muchos años. Desde las
Guerras Fraticidas, todo el planeta se convirtió en una gran ciudad,
y el individuo al mando de toda ella era el Gobernador, una figura
con poder casi absoluto, para evitar nuevas rupturas internas. Cada
cinco años se elegía un nuevo Gobernador por sufragio universal.
Este sistema se mantuvo casi igual después incluso del Gran
Destierro, pero las elecciones se realizaban cada venticinco años, y
el líder se le denominaba Primogénito.
A raíz del Gran Destierro, en la que todos los ahora llamados Hijos fueron forzados a
vivir fuera de Geminga por un golpe maestro de Alexander Sander, el
último gobernador de Geminga, se realizaron nuevos cambios en el
planeta, esta vez mucho más profundos y drásticos que todos los
anteriores, y que le dieron su aspecto actual.
Todas las ciudades y
construcciones de la superficie fueron eliminadas. Los océanos se
drenaron y almacenaron en gargantuescos contenedores subterráneos
que debieron ser previamente excavados. La superficie fue alisada
hasta formar una esfera perfecta, destruyendo cualquier accidente
geológico existente, y convirtiendo a Geminga en algo que parecía
una enorme bola de billar marrón.
Cuando las obras
finalizaron, después de dos decenas de años, Geminga estaba
irreconocible. Enormes cañones láser, algunos del tamaño de
titanes y otros más grandes que acorazados espaciales, cubrían por
completo la superficie, preparados para rechazar cualquier amenaza
del exterior. Entre ellos había armas láser de tamaño más
pequeño, pero ninguno de ellos menor que un Aniquilador Láser.
Hasta ahora, nunca han sido disparados, ya que los propios Hijos han
acudido a defender su planeta, pero se mantienen preparados y a punto
por lo que pueda suceder.
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Debajo de la selva de
armamento se ubican poderosos generadores de escudo, cada uno lo
bastante potente como para resistir un impacto de un Cañón Nova
antes de sobrecargarse. Se mantienen continuamente encendidos, para
proteger los cañones láser de meteoritos y basura espacial.
La siguiente capa no
es más que un escudo sólido de acero, una corteza de medio
kilómetro de espesor, que ante un hipotético ataque que atravesase
todas las defensas anteriores, sería la última defensa. No
obstante, para llegar a tal extremo, la flota atacante tendría que
ser realmente apocalíptica.
Debajo de la corteza
empieza realmente Geminga. Laberínticos corredores, llenos de
avanzada maquinaria, pesado cableado para alimentar las armas de
arriba y los más importante de todo: Las cápsulas que contienen a
los Hijos de la Caída. Cada una de ellas contiene el cuerpo real de
uno de ellos, mantenido con vida gracias a un impresionante sistema
de soporte vital. A pesar de eso, no se puede evitar que el aspecto
de los cuerpos sea más el de un cadáver viviente que el de un
humano sano.
A lo largo de los
larguísimos corredores, caminan lentamente los Automatones. Son unos
androides que se ocupan del mantenimiento de todos los sistemas de
Geminga. Al contrario que las versiones usadas para la guerra, no
están programados para recibir órdenes, sólo para reparar
cualquier desperfecto que encuentren. Están equipados con multitud
de herramientas para cumplir sus tareas, una de las más destacadas
es un láser de baja intensidad, la causa principal de que no haya ni
ratas ni insectos en las entrañas de Geminga.
Por los pasillos
también patrullan los Dreadnought Mortens, una versión más grande
de los automatones, que se ocupa de matar en el acto cualquier Hijo
que sea hallado fuera de su cápsula. A pesar de que estas están
cerradas, se han dado casos en los que han podido salir por un regalo
del caos. Toda precaución es poca.
Mucho, mucho más
abajo se haya otra estructura importante. Si las cápsulas son las
entrañas de Geminga, en el Núcleo se haya su corazón. Todo el
centro del planeta ha sido vaciado, y ahora contiene un gigantesco
generador de fusión, que alimenta todo el planeta. El primer
combustible que usó para producir energía no fue otra cosa que el
propio agua del planeta. La reacción que se desencadenó entonces no
se ha detenido, y ha progresado de tal manera que se puede usar casi
cualquier material.
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Estrictamente
hablando, Geminga contiene una diminuta estrella. Cuando la masa
alcance un punto crítico, es posible que provoque la destrucción de
todos los Hijos, pero hasta ese momento (que puede tardar centenares
de miles de años en llegar), es una fuente de energía eficiente y
limpia.
Cualquier pregunta, adelante.
Una grandísima descripción!
ResponderEliminarMe encantan las ilustraciones
Ah, muchas gracias, Wolfen! ^^ Ya era hora de ampliar el trasfondo, verdad? Me estaba centrando demasiado en las unidades.
EliminarOjo, que no son mías! Ninguna.
A ver, físico astrónomo. Es posible lo de la estrella en un planeta? XD
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