martes, 14 de mayo de 2013

Geminga

      Geminga es un planeta que ha cambiado enormemente desde que fue habitado por los humanos que acabarían dando lugar a los Hijos de la Caída. Su transformación es mucho más profunda de lo que puede aparentar a simple vista.

      En origen, Geminga era un planeta bastante semejante a Terra, sólo ligeramente superior en tamaño. Orbita alrededor de una gran estrella azul, llamada Gamatea. Es un planeta rocoso con presencia de agua abundante, y rico es bastante minerales. La órbita del planeta dura alrededor de dos años estándar, y su eje está algo más inclinado que el de Terra, con lo que hay estaciones, pero la diferencia entre el Invierno y el Verano es más extrema en los trópicos.

      Alrededor de Geminga gira un pequeño satélite, más pequeño que la Luna de Terra, de composición casi totalmente metálica. Actualmente buena parte del planetoide ha desaparecido, ya que sus recursos se usaron intensivamente como materia prima para transformar Geminga en lo que es ahora.





      El aspecto de Geminga siempre fue el de cualquier planeta agrícola Imperial, al menos hasta el Gran Destierro. Los continentes e islas exhibían variados ecosistemas y condiciones, y había una enorme variedad de fauna y flora. Cuando los humanos empezaron a habitarlo, no tardó mucho tiempo en aparecer grandes ciudades, en general construidas en altura, gracias a la tecnología de la Época Dorada.

      En principio, el planeta estaba dividido en multitud de países de diferentes tamaños, cada uno gobernado por un individuo independiente. Las guerras y enfrentamientos eran comunes, y se cree que fueron estas mismas rencillas internas las que acabaron por desembocar en las Guerras Fraticidas, uno de los periodos más oscuros de la historia de Geminga, en la que todo el planeta se vio devastado por la violencia de la guerra.

      Cuando la lucha acabó, la civilización no tardó en recuperarse, pero no así la naturaleza. Enormes áreas naturales quedaron devastadas sin posibilidad de recuperación. Las ciudades se extendieron por todo el planeta, y la naturaleza quedó relegada a reservas de la biosfera y enormes plantaciones. Gran cantidad de especies desaparecieron para siempre, mientras que aquellas con interés industrial se multiplicaron al extremo.

      El aspecto del planeta permaneció invariable durante muchos años. Desde las Guerras Fraticidas, todo el planeta se convirtió en una gran ciudad, y el individuo al mando de toda ella era el Gobernador, una figura con poder casi absoluto, para evitar nuevas rupturas internas. Cada cinco años se elegía un nuevo Gobernador por sufragio universal. Este sistema se mantuvo casi igual después incluso del Gran Destierro, pero las elecciones se realizaban cada venticinco años, y el líder se le denominaba Primogénito.

      A raíz del Gran Destierro, en la que todos los ahora llamados Hijos fueron forzados a vivir fuera de Geminga por un golpe maestro de Alexander Sander, el último gobernador de Geminga, se realizaron nuevos cambios en el planeta, esta vez mucho más profundos y drásticos que todos los anteriores, y que le dieron su aspecto actual.

      Todas las ciudades y construcciones de la superficie fueron eliminadas. Los océanos se drenaron y almacenaron en gargantuescos contenedores subterráneos que debieron ser previamente excavados. La superficie fue alisada hasta formar una esfera perfecta, destruyendo cualquier accidente geológico existente, y convirtiendo a Geminga en algo que parecía una enorme bola de billar marrón.

      Cuando las obras finalizaron, después de dos decenas de años, Geminga estaba irreconocible. Enormes cañones láser, algunos del tamaño de titanes y otros más grandes que acorazados espaciales, cubrían por completo la superficie, preparados para rechazar cualquier amenaza del exterior. Entre ellos había armas láser de tamaño más pequeño, pero ninguno de ellos menor que un Aniquilador Láser. Hasta ahora, nunca han sido disparados, ya que los propios Hijos han acudido a defender su planeta, pero se mantienen preparados y a punto por lo que pueda suceder.

Original aquí


      Debajo de la selva de armamento se ubican poderosos generadores de escudo, cada uno lo bastante potente como para resistir un impacto de un Cañón Nova antes de sobrecargarse. Se mantienen continuamente encendidos, para proteger los cañones láser de meteoritos y basura espacial.

      La siguiente capa no es más que un escudo sólido de acero, una corteza de medio kilómetro de espesor, que ante un hipotético ataque que atravesase todas las defensas anteriores, sería la última defensa. No obstante, para llegar a tal extremo, la flota atacante tendría que ser realmente apocalíptica.

      Debajo de la corteza empieza realmente Geminga. Laberínticos corredores, llenos de avanzada maquinaria, pesado cableado para alimentar las armas de arriba y los más importante de todo: Las cápsulas que contienen a los Hijos de la Caída. Cada una de ellas contiene el cuerpo real de uno de ellos, mantenido con vida gracias a un impresionante sistema de soporte vital. A pesar de eso, no se puede evitar que el aspecto de los cuerpos sea más el de un cadáver viviente que el de un humano sano.

      A lo largo de los larguísimos corredores, caminan lentamente los Automatones. Son unos androides que se ocupan del mantenimiento de todos los sistemas de Geminga. Al contrario que las versiones usadas para la guerra, no están programados para recibir órdenes, sólo para reparar cualquier desperfecto que encuentren. Están equipados con multitud de herramientas para cumplir sus tareas, una de las más destacadas es un láser de baja intensidad, la causa principal de que no haya ni ratas ni insectos en las entrañas de Geminga.

      Por los pasillos también patrullan los Dreadnought Mortens, una versión más grande de los automatones, que se ocupa de matar en el acto cualquier Hijo que sea hallado fuera de su cápsula. A pesar de que estas están cerradas, se han dado casos en los que han podido salir por un regalo del caos. Toda precaución es poca.

      Mucho, mucho más abajo se haya otra estructura importante. Si las cápsulas son las entrañas de Geminga, en el Núcleo se haya su corazón. Todo el centro del planeta ha sido vaciado, y ahora contiene un gigantesco generador de fusión, que alimenta todo el planeta. El primer combustible que usó para producir energía no fue otra cosa que el propio agua del planeta. La reacción que se desencadenó entonces no se ha detenido, y ha progresado de tal manera que se puede usar casi cualquier material. 



Original Aquí

      Estrictamente hablando, Geminga contiene una diminuta estrella. Cuando la masa alcance un punto crítico, es posible que provoque la destrucción de todos los Hijos, pero hasta ese momento (que puede tardar centenares de miles de años en llegar), es una fuente de energía eficiente y limpia.



Cualquier pregunta, adelante.

3 comentarios:

  1. Una grandísima descripción!

    Me encantan las ilustraciones

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    1. Ah, muchas gracias, Wolfen! ^^ Ya era hora de ampliar el trasfondo, verdad? Me estaba centrando demasiado en las unidades.

      Ojo, que no son mías! Ninguna.

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    2. A ver, físico astrónomo. Es posible lo de la estrella en un planeta? XD

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